No se sabe qué es más ciego: si las declaraciones de 'Alfonso Cano' a un periodista español, en las que reivindica la lucha armada, dice que su grupo está entero y asegura que las Farc nada tienen que ver con el narcotráfico, o la serie de atentados terroristas con que algunos de sus frentes arrancaron el año. No aprendieron la lección de 2002, cuando, a punta de crímenes de lesa humanidad, se pasaron por la faja la zona de despeje del Caguán y llevaron a la ruptura de los diálogos con el gobierno de Andrés Pastrana y a la arrasadora victoria de Álvaro Uribe, el Presidente con quien peor les ha ido a las Farc en toda su historia.
En estos días, he oído a muchos que dudaban de la segunda reelección de Uribe decir que, como las Farc siguen ahí, toca apoyar el referendo y darle al Presidente cuatro años más para que las acabe. Consciente de ello, Uribe ha salido a cobrarles duro estos ataques, en especial el espantoso asalto con cilindros bomba que mató a tres niños en Roberto Payán (Nariño). El Mandatario ha hecho ver que "los farsantes de las Farc" asesinan civiles, mientras "salen como unos santos ante la prensa internacional a hablar de derechos humanos y de liberación de secuestrados".
Pero no sólo las Farc le ayudan a Uribe en su ahora clara intención de buscar un tercer mandato. También, y mucho, el silencio de sectores de la oposición ante el arranque terrorista del año por parte de 'Cano' y sus frentes. Como no leí ni escuché declaración alguna del Partido Liberal en los medios, pasé un buen rato en su página web buscando cuando menos un comunicadito que condenara lo de Payán, en Nariño, o lo de Neiva. Pero naranjas, cero pollito, ni una palabra. El liberalismo pasó de agache, dedicado sólo a promover el show de Piedad Córdoba por la liberación de algunos pocos de los cientos de secuestrados de las Farc.
El Polo Democrático al menos sacó una declaración por lo de Payán, y eso gracias a que el gobernador de Nariño, Antonio Navarro, es no sólo un notable polista sino un radical contradictor de las Farc, que nunca deja de denunciar sus crímenes. Carlos Gaviria, jefe del Polo, no dijo esta boca es mía, y con ello fue fiel a su tradicional ambigüedad cuando de condenar a las Farc se trata.
Qué manera de ayudar a Uribe, que de ese modo quedó casi solo en el papel de rechazar con vehemencia la embestida terrorista de las Farc. Si ese grupo guerrillero sigue dando golpes aquí y allá, empeñado en demostrar que está vivito y coleando, le va a dar una manito considerable al Presidente en su dificilísima tarea de convocar a más de 7,5 millones de votantes -el 25 por ciento del censo electoral- para el referendo reeleccionista, el mayor desafío que tiene para poder aspirar en el 2010.
Si los sectores de clase media que han acompañado a Uribe estos años, en buena medida por la forma como ha golpeado a las Farc, llegan a la conclusión de que esa guerrilla puede revivir, no tiene nada de raro que salgan en masa a votar "Sí" en el referendo, incluso si les asusta un poco que Uribe se quede más tiempo. El grueso de los colombianos le tiene más miedo a la resurrección de las Farc que a la perpetuación de Uribe en el poder. Y esta tendencia puede reforzarse aún más si la oposición que pretende reemplazar al Presidente comete errores de omisión tan graves como el del liberalismo ante los recientes golpes terroristas de las Farc.
En estos días, el senador Gustavo Petro le propuso al presidente César Gaviria un frente común de la oposición para el 2010, y le sugirió varios temas para una agenda fundamental. Ninguno de ellos contempla mantener la ofensiva militar contra las Farc. Y ese debería ser el primero de todos. De lo contrario, la oposición lucirá blandengue y poco creíble, y hará posible el hoy casi imposible tercer mandato de Uribe.
Mauricio Vargas (eltiempo.com)
En estos días, he oído a muchos que dudaban de la segunda reelección de Uribe decir que, como las Farc siguen ahí, toca apoyar el referendo y darle al Presidente cuatro años más para que las acabe. Consciente de ello, Uribe ha salido a cobrarles duro estos ataques, en especial el espantoso asalto con cilindros bomba que mató a tres niños en Roberto Payán (Nariño). El Mandatario ha hecho ver que "los farsantes de las Farc" asesinan civiles, mientras "salen como unos santos ante la prensa internacional a hablar de derechos humanos y de liberación de secuestrados".
Pero no sólo las Farc le ayudan a Uribe en su ahora clara intención de buscar un tercer mandato. También, y mucho, el silencio de sectores de la oposición ante el arranque terrorista del año por parte de 'Cano' y sus frentes. Como no leí ni escuché declaración alguna del Partido Liberal en los medios, pasé un buen rato en su página web buscando cuando menos un comunicadito que condenara lo de Payán, en Nariño, o lo de Neiva. Pero naranjas, cero pollito, ni una palabra. El liberalismo pasó de agache, dedicado sólo a promover el show de Piedad Córdoba por la liberación de algunos pocos de los cientos de secuestrados de las Farc.
El Polo Democrático al menos sacó una declaración por lo de Payán, y eso gracias a que el gobernador de Nariño, Antonio Navarro, es no sólo un notable polista sino un radical contradictor de las Farc, que nunca deja de denunciar sus crímenes. Carlos Gaviria, jefe del Polo, no dijo esta boca es mía, y con ello fue fiel a su tradicional ambigüedad cuando de condenar a las Farc se trata.
Qué manera de ayudar a Uribe, que de ese modo quedó casi solo en el papel de rechazar con vehemencia la embestida terrorista de las Farc. Si ese grupo guerrillero sigue dando golpes aquí y allá, empeñado en demostrar que está vivito y coleando, le va a dar una manito considerable al Presidente en su dificilísima tarea de convocar a más de 7,5 millones de votantes -el 25 por ciento del censo electoral- para el referendo reeleccionista, el mayor desafío que tiene para poder aspirar en el 2010.
Si los sectores de clase media que han acompañado a Uribe estos años, en buena medida por la forma como ha golpeado a las Farc, llegan a la conclusión de que esa guerrilla puede revivir, no tiene nada de raro que salgan en masa a votar "Sí" en el referendo, incluso si les asusta un poco que Uribe se quede más tiempo. El grueso de los colombianos le tiene más miedo a la resurrección de las Farc que a la perpetuación de Uribe en el poder. Y esta tendencia puede reforzarse aún más si la oposición que pretende reemplazar al Presidente comete errores de omisión tan graves como el del liberalismo ante los recientes golpes terroristas de las Farc.
En estos días, el senador Gustavo Petro le propuso al presidente César Gaviria un frente común de la oposición para el 2010, y le sugirió varios temas para una agenda fundamental. Ninguno de ellos contempla mantener la ofensiva militar contra las Farc. Y ese debería ser el primero de todos. De lo contrario, la oposición lucirá blandengue y poco creíble, y hará posible el hoy casi imposible tercer mandato de Uribe.
Mauricio Vargas (eltiempo.com)
Como siempre un excelente articulo. Y curiosamente ayer oia al senador Petro decirle a su "socio" Robledo que si dentro del polo ganaba la linea dura de la izquierda , el unico victorioso seria el presidente Uribe.
ResponderEliminarMauricio fui un gran admirador de tu padre German Vargas .Te cuento que me gusto mucho tu escrito,pero...le falya algo¿No pensaste en evocar aquel pensamiento del estadista liberal Tolimense,,,ya fallecido;¿Y el poder para que?
ResponderEliminarHoy dadas las cosas bien valdria acomodarselo a
los Gaviria no solo a Cesar sino al Polito,agragandole ¿el poder para que en manos por supuesto de cualquiera de los dos Gaviria
pues es seguro que la narcoguerrilla les arrebataria el poder de sus manos si es que no se lo ceden voluntariament una vez electps Presidentes. No eso nunca!!!!
Este señor dio exactamente en el punto: otros 4 o inclusive 8 años de Uribe en el poder es "menos pior" que el renacer de la Farc.
ResponderEliminarTOTALMENTE DEACUERDO
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