SAMPER, EL GRAN DERROTADO

Es costumbre en Colombia discutir las victorias de quienes se imponen en las urnas. Que la votación fue baja, que ganó por poquito, que si todos los adversarios a quienes derrotó se unen, lo friegan, etc. Pero me parece difícil discutir que en la consulta liberal de hace una semana, Rafael Pardo salió ganando y que, en las horas siguientes y por la rapidez con que se movió, también sacó ventaja Germán Vargas Lleras. Ambos candidatos sentaron las bases de lo que debe ser una consulta interpartidista para marzo, de la que puede salir un candidato presidencial con una opción nada despreciable para la primera vuelta en mayo.

También es indiscutible que Gustavo Petro ganó en el Polo. Con la ventaja de que dio la sorpresa, pues su contrincante, Carlos Gaviria, que tenía a su servicio toda la maquinaria del Polo, lucía como gran favorito. Y romper las expectativas siempre agranda las victorias. Tiene todavía un lío grande por delante para ajustar las cargas internas de su partido, donde la mayoría de la maquinaria se le opone. Pero igual, no hay duda de que, en estos momentos, lleva la sartén por el mango.

Prueba del buen momento que tanto Pardo como Petro atraviesan es que en la encuesta de Napoleón Franco, divulgada el viernes por las emisoras radiales de RCN, ambos avanzaron. De estar en el margen de error, pasaron a pelear posiciones donde, si enriquecen de propuestas y audacia sus campañas, pueden dar la pelea. Alguien dirá que en estos días mojaron mucha prensa y que eso explica el alza, pero la realidad es que subieron y eso les abre una opción de la que carecían hasta hace pocos días.

Entre los perdedores, la lista es larga. Carlos Gaviria es quizás el que más ha sonado, porque, además de perder, cayó en condición de favorito, y eso siempre golpea más duro. Asimismo, hizo gala de malas maneras, con un reconocimiento limitado y mezquino del triunfo de Petro, su contendor. Perder es malo: no saber perder y que se note es peor. Para no hablar de que los resultados del domingo, muy por debajo en votación total de lo que habían sido los indicadores más recientes del Polo, también lo afectan, pues salta a la vista que, al haber recostado su liderazgo en el ala más ortodoxa y recalcitrante de su partido, así como en su facción más clientelista, perdió buena parte de su sorprendente votación del 2006, cuando puso a su colectividad como segunda fuerza del país en la elección presidencial.

Pero hay un perdedor que ha pasado de agache. Se trata del ex presidente Ernesto Samper. Tras haber ganado protagonismo en los años recientes, con temas como el canje humanitario y las relaciones con Venezuela, el ex mandatario estaba jugando duro en esta votación. Y lo hacía, curiosamente, en las dos consultas, pues tiene amigos tanto en el liberalismo de izquierda como en el Polo.

Su derrota fue triple. Primero, porque Pardo, el amigo de César Gaviria, ganó la consulta y perdieron los dos ahijados de Samper, Cecilia López y Alfonso Gómez, que ni siquiera quedaron en el segundo lugar, puesto que consiguió el ex gobernador Aníbal Gaviria, de línea más bien independiente dentro del liberalismo. En las elecciones para el directorio liberal bogotano ganó Juan Manuel Galán, gavirista, y perdió la samperista Piedad Córdoba. Y en el Polo perdieron los amigos del ex presidente Samper y de Piedad: Carlos Gaviria, Jaime Dussán y el alcalde Samuel Moreno.

Pero, aun así, algo gana Samper, pues hasta hace pocos años, por cuenta del ostracismo político que aún lo afectaba, como consecuencia del proceso 8.000 que lo puso a tambalear durante buena parte de su mandato, el ex mandatario ni siquiera estaba en el juego. No hay duda de que ahora ha vuelto a la palestra. Como tampoco la hay de que, en su regreso al campo de juego, le dieron una paliza.