Para los analistas “mamertos” nada de lo que hace el gobierno del presidente uribe les parece bien; pero cuando hay algo tan evidente y con resultados tangibles, como la Política de Seguridad Democrática, lo reconocen a regañadientes, aunque con sus correspondientes “peros”.
El botón de la muestra es la analista Claudia López, para quien el escándalo de la parapolítica es su caballito de batalla. Busca, escarba, y hace todo lo posible por tratar de implicar al gobierno con el paramilitarismo. Pero nunca se le oye o se le lee condenar o, por lo menos referirse, al terrorismo de las Farc, a los cientos de secuestrados, que, en condiciones infrahumanas, estos criminales han mantenido por años en las selvas colombianas, a los cilindros bomba contra la población civil, a las minas antipersonas, en fin, a lo que todos los colombianos conocemos de esta banda de facinerosos. Cualquier colombiano de bien condena la violencia venga de donde venga.
Ahora salió a comparar, la señora López, la parapolítica con la farcpolítica, obviamente minimizando esta última. Que mientras en la parapolítica hay 65 congresistas implicados, en la farcpolítica hay “únicamente” tres. Hay que recordarle a la señora López que el escándalo parapolítico se destapó en 2006, no precisamente con los 65 implicados de hoy, y que el mismo se originó gracias a la desmivilización de paramilitares en un proceso de amnistía y sometimiento a la justicia.
Hay que recordarle, también, que ese proceso se inició bajo el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez cuando las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), entonces bajo la dirección ideológica de Carlos Castaño, aceptaron un cese de hostilidades como requisito para una negociación con el gobierno. A pesar de las desaparición y posterior asesinato de Castaño por miembros de las AUC, el proceso ha continuado con varios jefes paramilitares y de autodefensas, encabezados por Salvatore Mancuso. Tanto este proceso, por medio del cual se desmovilizaron miles de paramilitares, como la Ley de Justicia y Paz, han sido duramente criticados, entre otros, por lo analistas “mamertos”. ¿Que hay bandas emergentes? pues también se les combate. ¿El narcotráfico desapareció con la muerte de Pablo Escobar?
Y volvemos al principio, que éste es un gobierno “paraco”, complaciente con los paramilitares. Los combatió y los metió a la cárcel, sigue siendo complaciente porque los tiene en hoteles de cinco estrellas. Extraditó a los cabecillas, también malo porque lo hizo para que no hablaran, como si llegando a Estados Unidos de repente se quedaran mudos. La única pregunta que se les puede formular a estos comentaristas de la vida nacional, y a muchos opositores del gobierno, es la que hacía al final de un comercial de algún comestible crocante en la televisión, un simpático cerdito: “Y entonces qué hacemos ¿Ah?”
El único gobierno “paramilitar” en la historia de Colombia es el de Álvaro Uribe pero, qué paradoja, es también el único que los sometió a la justicia y que extraditó a sus máximos líderes.
Y volviendo a la farcpolítica, tranquila, señora López, que esto acaba de empezar con la conferencia de prensa en la que el Fiscal General de la Nación anunció la compulsación de copias a la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia
para que investigue a los congresistas Piedad Córdoba, Gloria Inés Ramírez y Wilson Borja, así como la apertura de investigación por parte del ente investigador a nueve personas más, entre ellos periodistas, asesores de paz y extranjeros. Tranquila que la mazorca comienza a desgranarse.
Tanto la parapolítica, como la farcpolítica, los destapó y sus investigaciones avanzan, con todas sus consecuencias en el gobierno del presidente Uribe, ninguno antes lo hizo. ¿Será que estos dos fenómenos nacieron con el actual gobierno? No señor, es que a estas bandas de criminales nunca antes ningún gobierno las había combatido ni impuesto la autoridad del estado. De ahí que hayan tenido el tiempo para infiltrarse y contaminar a organismos del estado, a la política, a la industria, a los sindicatos, a las universidades, en fin, a la sociedad colombiana. Es más, un mal originó el otro: el paramilitarismo nació gracias a la ineficacia de gobiernos complacientes y cobardes para combatir y someter a los criminales de las Farc y bandas similares.
Señora López: la parapolítica se descubrió gracias a un proceso de desmovilización y sometimiento de miles de integrantes de estos grupos delictivos. Y la farcpolítica la está conociendo el país y está empezando a tener sus consecuencias, debido al abatimiento del narcoterrorista Raúl Reyes. Estos dos males salieron a la luz pública, y están en manos de la justicia gracias, y no a pesar, de Álvaro Uribe Vélez.
Castorlux (pedrope00@gmail.com)
El botón de la muestra es la analista Claudia López, para quien el escándalo de la parapolítica es su caballito de batalla. Busca, escarba, y hace todo lo posible por tratar de implicar al gobierno con el paramilitarismo. Pero nunca se le oye o se le lee condenar o, por lo menos referirse, al terrorismo de las Farc, a los cientos de secuestrados, que, en condiciones infrahumanas, estos criminales han mantenido por años en las selvas colombianas, a los cilindros bomba contra la población civil, a las minas antipersonas, en fin, a lo que todos los colombianos conocemos de esta banda de facinerosos. Cualquier colombiano de bien condena la violencia venga de donde venga.
Ahora salió a comparar, la señora López, la parapolítica con la farcpolítica, obviamente minimizando esta última. Que mientras en la parapolítica hay 65 congresistas implicados, en la farcpolítica hay “únicamente” tres. Hay que recordarle a la señora López que el escándalo parapolítico se destapó en 2006, no precisamente con los 65 implicados de hoy, y que el mismo se originó gracias a la desmivilización de paramilitares en un proceso de amnistía y sometimiento a la justicia.
Hay que recordarle, también, que ese proceso se inició bajo el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez cuando las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), entonces bajo la dirección ideológica de Carlos Castaño, aceptaron un cese de hostilidades como requisito para una negociación con el gobierno. A pesar de las desaparición y posterior asesinato de Castaño por miembros de las AUC, el proceso ha continuado con varios jefes paramilitares y de autodefensas, encabezados por Salvatore Mancuso. Tanto este proceso, por medio del cual se desmovilizaron miles de paramilitares, como la Ley de Justicia y Paz, han sido duramente criticados, entre otros, por lo analistas “mamertos”. ¿Que hay bandas emergentes? pues también se les combate. ¿El narcotráfico desapareció con la muerte de Pablo Escobar?
Y volvemos al principio, que éste es un gobierno “paraco”, complaciente con los paramilitares. Los combatió y los metió a la cárcel, sigue siendo complaciente porque los tiene en hoteles de cinco estrellas. Extraditó a los cabecillas, también malo porque lo hizo para que no hablaran, como si llegando a Estados Unidos de repente se quedaran mudos. La única pregunta que se les puede formular a estos comentaristas de la vida nacional, y a muchos opositores del gobierno, es la que hacía al final de un comercial de algún comestible crocante en la televisión, un simpático cerdito: “Y entonces qué hacemos ¿Ah?”
El único gobierno “paramilitar” en la historia de Colombia es el de Álvaro Uribe pero, qué paradoja, es también el único que los sometió a la justicia y que extraditó a sus máximos líderes.
Y volviendo a la farcpolítica, tranquila, señora López, que esto acaba de empezar con la conferencia de prensa en la que el Fiscal General de la Nación anunció la compulsación de copias a la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia
para que investigue a los congresistas Piedad Córdoba, Gloria Inés Ramírez y Wilson Borja, así como la apertura de investigación por parte del ente investigador a nueve personas más, entre ellos periodistas, asesores de paz y extranjeros. Tranquila que la mazorca comienza a desgranarse.
Tanto la parapolítica, como la farcpolítica, los destapó y sus investigaciones avanzan, con todas sus consecuencias en el gobierno del presidente Uribe, ninguno antes lo hizo. ¿Será que estos dos fenómenos nacieron con el actual gobierno? No señor, es que a estas bandas de criminales nunca antes ningún gobierno las había combatido ni impuesto la autoridad del estado. De ahí que hayan tenido el tiempo para infiltrarse y contaminar a organismos del estado, a la política, a la industria, a los sindicatos, a las universidades, en fin, a la sociedad colombiana. Es más, un mal originó el otro: el paramilitarismo nació gracias a la ineficacia de gobiernos complacientes y cobardes para combatir y someter a los criminales de las Farc y bandas similares.
Señora López: la parapolítica se descubrió gracias a un proceso de desmovilización y sometimiento de miles de integrantes de estos grupos delictivos. Y la farcpolítica la está conociendo el país y está empezando a tener sus consecuencias, debido al abatimiento del narcoterrorista Raúl Reyes. Estos dos males salieron a la luz pública, y están en manos de la justicia gracias, y no a pesar, de Álvaro Uribe Vélez.
Castorlux (pedrope00@gmail.com)