COLOMBIA ¿PAIS MEDIOCRE?


Una de las frases que he leído y que más me ha gustado la encontré en un libro que invita a la reflexión y, por ende, recomiendo: “El hombre mediocre” Obra escrita por el italiano Giusseppe Ingegneri o por el argentino José Ingenieros (escojan ustedes pues se trata de la misma persona). 
La frase
"Sin la sombra ignoraríamos el valor de la luz"
Cierto, tenemos la maldita tendencia a valorar lo bueno gracias a la presencia de lo malo. Eso, aparte de hacernos mediocres, es una manera implícita de justificar la existencia de todo aquello que debemos rechazar. Desgraciada justificación que impide erradicar lo que no debieramos hallar y que, muchas veces, deriva de una percepción subjetiva que nos hace valorar algo malo gracias a la presencia de algo igualmente malo, constituyéndose ello, en algo -además de anodino- mucho peor. Algo así sucede en Colombia, un país que ha padecido una violencia absurda. La incapacidad de ejecutar acciones que conduzcan a su efectiva y absoluta eliminación por parte de generaciones anteriores, e inclusive aquellas que hoy encuentran el ocaso, ha sido más que comprobada. ¿Por qué? ¡Porque han sido mediocres!
 Incluso hoy, los protagonistas del acontecer nacional, son el reflejo contemporáneo de una mediocridad que lamentablemente no hemos podido superar. Es curioso por ejemplo, leer una columna que rechaza y enfatíza el horror originado por grupos de derecha y, al mismo tiempo, calla el horror que proviene de la izquierda. Y resulta igualmente curioso lo contrario: el rechazo de las acciones guerrilleras por parte de alguien que no menciona a los paramilitares. Eso es Colombia, un país capaz de polarizarse frente a grupos; un país compuesto por tuertos cuyo único ojo sólo es capaz de cuestionar un único emisferio; un país que rechaza una mitad de la violencia y justifica, acepta o ignora la otra; un país que tolera uno de los discursos auspiciadores de tanta atrocidad. En fín, un país mediocre.
 ¡No nos alarmemos! No todos los colombianos hacen parte de dicha mediocridad. Hay una Colombia peor: la que ignora todo. La Colombia a la que no le importa que Piedad Córdoba sea incapaz de referirse a la guerrilla en términos despectivos por cuenta de su papel de mediadora; la Colombia a la que le importa un soberano tubo el hecho de que los grupos paramilitares estén más vivos que nunca (ahora se llaman Bacrim); la Colombia que no entiende, o mejor, que no quiere entender que la violencia debe ser rechazada de forma tajante sin importar el orígen o las “causas” o “discursos” que la propician. Porque nada es más mediocre que tratar de explicar la violencia; nada es más mediocre que justificarla.
 Por fortuna, hay una esperanza. El hecho de que exista el relevo generacional nos permite pensar en la posibilidad de cambiar el presente encausándolo a un mejor futuro. Las nuevas generaciones tenemos la obligación con las generaciones próximas de cambiar las actuales circunstancias. Sólo podremos lograrlo si cambiamos la actitud mediocre que hemos heredado.
Por @millersoto  letramenuda.com 

2 comentarios:

  1. Que gran perspectiva de lo que pasa en Colombia. Felicito al autor. Invita a la reflexión.

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