La nueva maniobra de las Farc es transparente. Una vez más la banda terrorista, severamente golpeada en 2008 pero no desmantelada del todo, está explotando su frágil margen de maniobra para darse una infame publicidad en el extranjero.
Aprovechando la principal carta que les queda, los secuestrados y las familias de éstos, las Farc anunciaron que pondrían en libertad a seis rehenes en la primera quincena de enero de 2009. Nadie sabe si tal promesa es seria. Diciembre termina sin que los terroristas hayan dado siquiera la lista de las personas que soltarían. Tampoco han indicado cual sería el área de la eventual entrega. Al mismo tiempo, ciertos voceros indígenas anuncian que volverán a movilizar a sus bases, precisamente en enero, pues el gobierno, dicen, “se burla de ellos”.
Eso no es todo. El 27 de diciembre, las Farc erigieron nuevas exigencias al asunto de la entrega de los seis rehenes. Quieren que haya “delegados” de Venezuela, Ecuador y Argentina en el eventual acto de entrega, pues la entidad autorizada por el gobierno colombiano para recibir a esas víctimas, la Cruz Roja Internacional, es vista por ellos con “desconfianza”. Eso es lo que acaba de decir el jefe comunista Carlos Lozano, quien advierte, además, que su camarada Pilar Córdoba, conocida por muchos como Teodora Bolívar, “va a insistir” en que haya delegados “de esos tres países”.
El tinglado es grotesco. Dos de esos gobiernos son violentos enemigos de Colombia. Rafael Correa, para no evocar sino a uno, insultó hace pocos días al canciller colombiano a quien trató de “mentiroso” y anunció que él impedirá el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Colombia. ¿Cómo un energúmeno de esa calaña podría jugar un papel neutral en una entrega de rehenes?
Es obvio que las Farc se repiten. Tratan de montar un golpe de propaganda con sus amigos al mismo tiempo que erigen dificultades a su propia promesa para embolatar a la opinión y endilgarle al gobierno la acusación de que él “dilata de manera innecesaria la entrega de los secuestrados”. Este último detalle es visible en las declaraciones de Carlos Lozano.
La lógica de la Farc es simplista. Sin embargo, aún así logra embobar a las almas sensibles. Algunos diarios hablan en estos días de una ONG extranjera de “derechos humanos” que trata de decirle al gobierno colombiano cómo debe actuar ante las exigencias de las Farc. Sin investigar de qué “defensores” de derechos humanos se trata, esa prensa repite lo que algunos le dictan, sin mostrar la menor curiosidad, ni el menor sentido crítico. Nadie se pregunta por qué los supuestos defensores de derechos humanos, en lugar de defender a las víctimas, a los secuestrados, lo que hacen es servir de comodines de los secuestradores. Nadie se pregunta por qué esa gente, en lugar de exigirle a las Farc la entrega ya de los rehenes, ahora mismo, sin poner más obstáculos, esos “defensores” de pacotilla se ponen a gritar que entregar los rehenes a la Cruz Roja no es posible pues las Farc quieren que emisarios de Hugo Chávez y Rafael Correa metan sus narices en ese evento para salpicar de injurias a Colombia.
Para acabar de cegar a los cándidos, las Farc sacan de la manga el artilugio del “apoyo extranjero”. La prensa colombiana se tragó sin chistar la boa al repetir que ese “apoyo extranjero” está constituído por “reconocidos intelectuales”. Si ella mirara de cerca las cosas, vería que se trata, en realidad, de una cuerda de fanáticos que busca resucitar la dinámica del “intercambio humanitario” inventado por las Farc. ¿Cuándo será que la prensa colombiana aprenderá a no dejarse hipnotizar con espejitos extranjeros? ¿Cuándo aprenderá a distinguir un objeto auténtico de una baratija? Lo que esos diarios llaman “apoyo extranjero” no es más que un grupo de firmones, una clique de siniestros individuos que firma y avala automáticamente lo que sea cuando les dan la orden de hacerlo. Ese curioso grupo de firmones, donde puede haber personas honradas pero embarcadas por razones obscuras en raras aventuras, es dirigido por un gringo poco recomendable, James Petras, quien asegura, por ejemplo, que los atentados terroristas del 11 de septiembre contra los Estados Unidos no fueron sino un “autoatentado de la CIA”. Respecto de nuestro país, el insigne James Petras sueña con que Hugo Chávez desate de una vez por todas la guerra contra Colombia. Esa es la clique repugnante que distraídos redactores colombianos llaman “intelectuales internacionales”.
No es la primera vez que los jefes de las Farc montan “escenarios” para tratar de derribar a Colombia. Sus imposturas fracasarían si los dirigentes políticos, las autoridades y los médios emplearan a fondo la memoria. ¿Eso es mucho pedir? Esa carencia facilita el trabajo de ciertos “expertos” que logran imponer la idea de que esa banda “ha variado su posición frente al canje”, que “ya no quiere una zona despejada”, que sólo busca “recobrar espacios políticos” pues está dispuesta, ahora sí, a llegar a un “diálogo con el próximo gobierno”. Tonterías. Las Farc no han cambiado de orientación. Si Colombia escucha tales sirenas perderá lo andado hasta ahora y tendrá que conformarse con más guerra y más dolor.
Eduardo Mackenzie (www.gees.org)
Aprovechando la principal carta que les queda, los secuestrados y las familias de éstos, las Farc anunciaron que pondrían en libertad a seis rehenes en la primera quincena de enero de 2009. Nadie sabe si tal promesa es seria. Diciembre termina sin que los terroristas hayan dado siquiera la lista de las personas que soltarían. Tampoco han indicado cual sería el área de la eventual entrega. Al mismo tiempo, ciertos voceros indígenas anuncian que volverán a movilizar a sus bases, precisamente en enero, pues el gobierno, dicen, “se burla de ellos”.
Eso no es todo. El 27 de diciembre, las Farc erigieron nuevas exigencias al asunto de la entrega de los seis rehenes. Quieren que haya “delegados” de Venezuela, Ecuador y Argentina en el eventual acto de entrega, pues la entidad autorizada por el gobierno colombiano para recibir a esas víctimas, la Cruz Roja Internacional, es vista por ellos con “desconfianza”. Eso es lo que acaba de decir el jefe comunista Carlos Lozano, quien advierte, además, que su camarada Pilar Córdoba, conocida por muchos como Teodora Bolívar, “va a insistir” en que haya delegados “de esos tres países”.
El tinglado es grotesco. Dos de esos gobiernos son violentos enemigos de Colombia. Rafael Correa, para no evocar sino a uno, insultó hace pocos días al canciller colombiano a quien trató de “mentiroso” y anunció que él impedirá el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Colombia. ¿Cómo un energúmeno de esa calaña podría jugar un papel neutral en una entrega de rehenes?
Es obvio que las Farc se repiten. Tratan de montar un golpe de propaganda con sus amigos al mismo tiempo que erigen dificultades a su propia promesa para embolatar a la opinión y endilgarle al gobierno la acusación de que él “dilata de manera innecesaria la entrega de los secuestrados”. Este último detalle es visible en las declaraciones de Carlos Lozano.
La lógica de la Farc es simplista. Sin embargo, aún así logra embobar a las almas sensibles. Algunos diarios hablan en estos días de una ONG extranjera de “derechos humanos” que trata de decirle al gobierno colombiano cómo debe actuar ante las exigencias de las Farc. Sin investigar de qué “defensores” de derechos humanos se trata, esa prensa repite lo que algunos le dictan, sin mostrar la menor curiosidad, ni el menor sentido crítico. Nadie se pregunta por qué los supuestos defensores de derechos humanos, en lugar de defender a las víctimas, a los secuestrados, lo que hacen es servir de comodines de los secuestradores. Nadie se pregunta por qué esa gente, en lugar de exigirle a las Farc la entrega ya de los rehenes, ahora mismo, sin poner más obstáculos, esos “defensores” de pacotilla se ponen a gritar que entregar los rehenes a la Cruz Roja no es posible pues las Farc quieren que emisarios de Hugo Chávez y Rafael Correa metan sus narices en ese evento para salpicar de injurias a Colombia.
Para acabar de cegar a los cándidos, las Farc sacan de la manga el artilugio del “apoyo extranjero”. La prensa colombiana se tragó sin chistar la boa al repetir que ese “apoyo extranjero” está constituído por “reconocidos intelectuales”. Si ella mirara de cerca las cosas, vería que se trata, en realidad, de una cuerda de fanáticos que busca resucitar la dinámica del “intercambio humanitario” inventado por las Farc. ¿Cuándo será que la prensa colombiana aprenderá a no dejarse hipnotizar con espejitos extranjeros? ¿Cuándo aprenderá a distinguir un objeto auténtico de una baratija? Lo que esos diarios llaman “apoyo extranjero” no es más que un grupo de firmones, una clique de siniestros individuos que firma y avala automáticamente lo que sea cuando les dan la orden de hacerlo. Ese curioso grupo de firmones, donde puede haber personas honradas pero embarcadas por razones obscuras en raras aventuras, es dirigido por un gringo poco recomendable, James Petras, quien asegura, por ejemplo, que los atentados terroristas del 11 de septiembre contra los Estados Unidos no fueron sino un “autoatentado de la CIA”. Respecto de nuestro país, el insigne James Petras sueña con que Hugo Chávez desate de una vez por todas la guerra contra Colombia. Esa es la clique repugnante que distraídos redactores colombianos llaman “intelectuales internacionales”.
No es la primera vez que los jefes de las Farc montan “escenarios” para tratar de derribar a Colombia. Sus imposturas fracasarían si los dirigentes políticos, las autoridades y los médios emplearan a fondo la memoria. ¿Eso es mucho pedir? Esa carencia facilita el trabajo de ciertos “expertos” que logran imponer la idea de que esa banda “ha variado su posición frente al canje”, que “ya no quiere una zona despejada”, que sólo busca “recobrar espacios políticos” pues está dispuesta, ahora sí, a llegar a un “diálogo con el próximo gobierno”. Tonterías. Las Farc no han cambiado de orientación. Si Colombia escucha tales sirenas perderá lo andado hasta ahora y tendrá que conformarse con más guerra y más dolor.
Eduardo Mackenzie (www.gees.org)
ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO, PORQUE LAS PERSONAS SE LES OLVIDA QUE LAS FARC FUERON LAS QUE PRIVARON DE LA LIBERTAD A TODAS ESTAS PERSONAS, QUE NO ESTAN HACIENDO UN FAVOR ES OBLIGACION LIBERARLAS OBLIGACION. PERO NO ELLOS CREEN QUE ESTAN HACIENDO UN FAVOR Y HAY QUE DARLES ESPACIO PERIODISCO PARA QUE VEAN LO GENEROSOS QUE SON LOS MALDITOS!.
ResponderEliminarDe acuerdo con el columnista. Me gustó mucho la referencia que hace del señor Carlos Lozano, miembro "encubierto" de las FARC y mamerto de plana mayor.
ResponderEliminarLo peor que hay es un izquierdista converso como Mackenzie, ahora al servicio de la ultraderecha uribista. Que verguenza Camilo López Tavres
ResponderEliminarEl pueblo tiene que rodear al presidente Uribe,apoyarlo para que los auxiliadores de los terroristas no logren oxigenarlos y echar por la borda los indiscutibles èxitos dela seguridad democràtica. Acciones premeditadas y orientadas a revivir polìticamente a los terroristas delas farc, como lo vienen haciendo Teodora Bolìvar,Carlos Lozano, gloria Cuartas y demàs proclives delos criminales, no deben encontrar eco en una sociedad que, gracias a los èxitos de la seguridad democràtica, viene saliendo de la horrible noche a que la tenìa confinada la subversiòn terrorista.
ResponderEliminarQue bueno encontrar un espacio donde se puede entablar una controversia directa con los "pensadores" de abierto apoyo al modelo "colombiano",bueno el tema de la columna es bastante diciente y la escritora batante sesgada, antes de satanizar a James Petras debería ver los documentales hechos por los mismo americanos acerca del 11-S. y si es que tiene la capacidad de revisar los argumentos de tipo técnico, ingenieril y científico que demuestran que las torres no se cayeron por el incendio provocado por el combustible de los aviones, así como los horrores de procedimiento en el estudio llevado a cabo por el departmento de edo norteamericano inclusive por el mismo Bush y Dick Cheney ante la comisión de investigación de los hechos. bueno al tema. En colombia no se puede perpetuar la guerra y les diré que las farc si está cascada por el gobierno pero lejos de acabarse hay 10 mil guerrilleros de los 18 mil que había cuando pastrana les entregó el país de manera irresponsable, han vuelto a organizarse en su estrategia de columnas y grupos móviles y lo peor es que ahora volvieron a sus antiguas tácticas de guerra. pensar que si matan a reyes , acaban a los números tales del secretariado se acaba las farc es un absurdo. los jefes que viene atrás son gente con tanta preparación e inteligencia que el más brutico de todos bien podía ser marulanda. así usen su inteligencia de mala forma,pero igual a plomo estamos lejos de acabar con las farc. si no se ha acabado con ELN que lleva más de 8 años de haber sido menguado grandemente, luego la guerra en colombia no puede perpetuarse a costo de desplazados y pobreza en el campo y las ciudades ya que esto si degenera en más violencia manteniéndose la cuasa del conflicto colombiano intacta (tiempos de la violencia lo recuerda la historia). entonces bien podemos acabar con las farc , con el eln y hasta con los paras. mientras las políticas de estado sean la exclusión , la desiguladad la acumulación de capitales y tierras productivas pues habrá campesinos, Indígenas,intelectuales, pensadores con razones para rebelarse ante tanta injusticia y las condiciones propicias para la violencia de diferentes orígenes que se dieron en los años 40,50, 60, 70 para la cración de dferentes organizaciones armadas continuará en nuestra sociedad pobre, desigual, ignorante y enfermizamente alienada en el campo político pues el debate político incita y trata a la izquierda colombiana de guerrillera atizando un dabate político bajo, esto se da por que el gobierno es acusado de paramilitar, pero vamos, más de la mitad del congreso gobiernista ha sido investigado y gran parte encarcelado por nexos con paramiltiares, funcionarios del gobierno envueltos en escándalos paramilitares. el mismo presidente ha sostenido reuniones de campaña con paramilitares, siendo presidente ha aceptado a paramilitares beneficiados por la ley a reunirse en la casa de nariño. entonces es lógico que sea acusado de paramilitar. la situación es muy diferente cuando se refieren al M-19 pues estos desde la ilegalidad guerrillera siempre mantuvieron una postura de rebeldía y jamás de incursión solapada en la vida política del estado, por ende la otra parte oficialista se queda corta al usar la estrategia de revolcar el miedero pa que todos estén sucios.lo cual es a todas luces muy mal visto por un jefe de estado en el exterior. despues les sigo explicando alguito más de la vida nacional que ignoran por que simplemente tragan entero de los medios y su idiosincracia no les da investigar,leer prensa independiente así como se debe leer la derechas e izquierdas y ver que en el mundo la libertad de conciencia es un derecho básico perdido por completo por la naturaleza del conflicto colombiano
ResponderEliminarQUE VIVA COLOMBIA CON NUESTRO SUPER PRESIDENTE URIBE MUERTE A LAS FARC
ResponderEliminarLiving colombia Dice cosas muy ciertas sobre la realidad Colombiana pero sigue usando el lenguaje del mamerto que es lo que tanto me choca. Que habrá campesinos, Indígenas, intelectuales, pensadores que al ver la trizte realidad….. es claro que el mamerto no es pensador, es alguen que se cree pensador y que está mas alienado que el resto de la sociedad, no hay nadie mas alienado que un mamerto.
ResponderEliminarLa realidad del país es muy triste y hay mucha desigualdad y mucha corrupción pero por eso no tenemos que ser mamertos.
Que triste que los narcoterroristas de las farc jueguen con la vida de unas personas que no solo son secuestestradas sino torturadas y una dizque senadora de la republica de colombia juegue con los medios como una diva del espectaculo... esto solo pasa aqui..... abajo las farc!!! colombia no quiere a las farc!! y menos aun a sus protegidos, lease POLO!!!
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