DE ACUERDO CON LA REVISTA THE Economist (agosto 15/09), en el año 2025 se desactivará la última línea de teléfono fijo en Estados Unidos.
En los países menos desarrollados, donde las comunicaciones inalámbricas han dado un enorme salto de rana tecnológico, probablemente la desaparición de la telefonía fija se dé antes de 2020. La explosión de la telefonía celular y otras comunicaciones inalámbricas ha convertido la telefonía fija en obsoleta. Según el prestigioso semanario inglés, los clientes norteamericanos están desconectando sus teléfonos fijos a una rata de 700.000 abonados por mes. Hoy, el 25% de los usuarios en EE.UU. depende exclusivamente de comunicaciones inalámbricas. En algunos países europeos, como Holanda, las líneas fijas han disminuido el 24% entre 2005 y 2007. Lo que muy pocos ponen en duda es que el negocio de la telefonía fija está condenado, más temprano que tarde, a desaparecer.
Las implicaciones para Colombia son enormes. Con contadas excepciones, las empresas cuyos ingresos dependen de la telefonía fija no se han dado cuenta —o no han querido aceptar— su inevitable marchitamiento. Lo más sorprendente es que muchas veces no es el Estado, ni los administradores, los que rehúsan enfrentar la realidad, sino los sindicatos. Y a veces no son las mismas bases, sino los líderes sindicales enceguecidos por la desaparición, en una eventual privatización, de la vaca a la cual seguir ordeñando.
El caso de Emcali es aberrante. Esta empresa por muchas décadas ha sido objeto de saqueos por parte de la clase política y sus aliados sindicales. Hoy, la única salida para Emcali es privatizarla, parcial o totalmente, empezando por la unidad de telecomunicaciones. En una actitud tan irresponsable como inexplicable, el senador del Polo Alexánder López ha puesto todo tipo de obstáculos a la venta de esta empresa, valorada en $1,2 billones, con el espurio y peregrino argumento de que vender la unidad de telecomunicaciones sería un suicidio para el Estado. El senador, cuyos marxismo primario y sesgo en contra del sector privado no le permiten asimilar que cada día las telecomunicaciones fijas valen menos, está totalmente equivocado: lo que sería un suicidio para el Estado, los usuarios y los trabajadores, es no vender la unidad de comunicaciones. Puede tener la certeza el senador del Polo que en menos de una década, de no ser privatizada, la unidad de comunicaciones de Emcali no va a tener valor alguno. ¿Será que Alexánder López le hace el mandado a la extrema izquierda, pero se esfuma cuando toque cargar el cadáver de la unidad de telecomunicaciones?
El inexorable marchitamiento de las empresas de telefonía fija tiene enormes implicaciones en el futuro de la Empresa de Teléfonos de Bogotá. Al depender casi en la totalidad su facturación de una tecnología obsoleta, es indispensable que la ETB identifique un socio estratégico, con capital y tecnología que le permitan afrontar el futuro y profundizar el negocio inalámbrico. Creemos que el presidente, Fernando Panesso, es consciente del reto que encara la ETB y lo sabrá resolver.
Lo que es inaceptable son los conatos de venta de la ETB por fuera del marco legal vigente para la disposición de empresas estatales. El que el presidente del Polo, Jaime Dussán, le haya ido a ofrecer a Chávez la ETB, más que un atropello contra la ciudadanía es un abuso. El país recuerda, estupefacto, cuando se intentó vender a dedo a Telecom al monopolista mexicano Carlos Slim; y si no es por una advertencia del entonces Procurador de que metería de manera inmediata a todos los miembros de la Junta Directiva de la empresa a la cárcel en caso de concretar el negocio con Slim, esta operación de venta se hubiera llevado a cabo.
Hay mucho en juego en Emcali y en la ETB para dejarlo en manos de Alexánder López y de Jaime Dussán.
En los países menos desarrollados, donde las comunicaciones inalámbricas han dado un enorme salto de rana tecnológico, probablemente la desaparición de la telefonía fija se dé antes de 2020. La explosión de la telefonía celular y otras comunicaciones inalámbricas ha convertido la telefonía fija en obsoleta. Según el prestigioso semanario inglés, los clientes norteamericanos están desconectando sus teléfonos fijos a una rata de 700.000 abonados por mes. Hoy, el 25% de los usuarios en EE.UU. depende exclusivamente de comunicaciones inalámbricas. En algunos países europeos, como Holanda, las líneas fijas han disminuido el 24% entre 2005 y 2007. Lo que muy pocos ponen en duda es que el negocio de la telefonía fija está condenado, más temprano que tarde, a desaparecer.
Las implicaciones para Colombia son enormes. Con contadas excepciones, las empresas cuyos ingresos dependen de la telefonía fija no se han dado cuenta —o no han querido aceptar— su inevitable marchitamiento. Lo más sorprendente es que muchas veces no es el Estado, ni los administradores, los que rehúsan enfrentar la realidad, sino los sindicatos. Y a veces no son las mismas bases, sino los líderes sindicales enceguecidos por la desaparición, en una eventual privatización, de la vaca a la cual seguir ordeñando.
El caso de Emcali es aberrante. Esta empresa por muchas décadas ha sido objeto de saqueos por parte de la clase política y sus aliados sindicales. Hoy, la única salida para Emcali es privatizarla, parcial o totalmente, empezando por la unidad de telecomunicaciones. En una actitud tan irresponsable como inexplicable, el senador del Polo Alexánder López ha puesto todo tipo de obstáculos a la venta de esta empresa, valorada en $1,2 billones, con el espurio y peregrino argumento de que vender la unidad de telecomunicaciones sería un suicidio para el Estado. El senador, cuyos marxismo primario y sesgo en contra del sector privado no le permiten asimilar que cada día las telecomunicaciones fijas valen menos, está totalmente equivocado: lo que sería un suicidio para el Estado, los usuarios y los trabajadores, es no vender la unidad de comunicaciones. Puede tener la certeza el senador del Polo que en menos de una década, de no ser privatizada, la unidad de comunicaciones de Emcali no va a tener valor alguno. ¿Será que Alexánder López le hace el mandado a la extrema izquierda, pero se esfuma cuando toque cargar el cadáver de la unidad de telecomunicaciones?
El inexorable marchitamiento de las empresas de telefonía fija tiene enormes implicaciones en el futuro de la Empresa de Teléfonos de Bogotá. Al depender casi en la totalidad su facturación de una tecnología obsoleta, es indispensable que la ETB identifique un socio estratégico, con capital y tecnología que le permitan afrontar el futuro y profundizar el negocio inalámbrico. Creemos que el presidente, Fernando Panesso, es consciente del reto que encara la ETB y lo sabrá resolver.
Lo que es inaceptable son los conatos de venta de la ETB por fuera del marco legal vigente para la disposición de empresas estatales. El que el presidente del Polo, Jaime Dussán, le haya ido a ofrecer a Chávez la ETB, más que un atropello contra la ciudadanía es un abuso. El país recuerda, estupefacto, cuando se intentó vender a dedo a Telecom al monopolista mexicano Carlos Slim; y si no es por una advertencia del entonces Procurador de que metería de manera inmediata a todos los miembros de la Junta Directiva de la empresa a la cárcel en caso de concretar el negocio con Slim, esta operación de venta se hubiera llevado a cabo.
Hay mucho en juego en Emcali y en la ETB para dejarlo en manos de Alexánder López y de Jaime Dussán.
obreros que trabajan horas extras.......hijos de obreros en la extrema derecha...somos la unica alternativa,,,,somos la unica solucion ...das tu voto A TU CERDO VERDUGO...trabajadores inclinaos a la derecha.. URIBISTA AUNQUE GANE TU PARTIDO SERAS UN SOMETIDO....AUNQUE GANE TU PARTIDO SERAS UN SOMETIDO.....AUNQUE GANE TU PARTIDO SERAS UN SOMETIDO
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