Los últimos acontecimientos que se vienen desarrollando en el país, corroboran el plan fraguado en contra de la institucionalidad colombiana. El paro judicial y el de corteros de caña tienen, además de un interés económico un interés político. Las revelaciones hechas por la Fiscalía General de la Nación ratifican que sigue vigente el contubernio entre las fuerzas opositoras al gobierno y el grupo terrorista de las FARC. Aún más, el plan sistemático en contra del pueblo colombiano se viene ejecutando al pie de la letra.
Dentro de los puntos del plan fraguado para darle un golpe de mano a la democracia colombiana, el nombre de Piedad Córdoba, alias Teodora según fuentes de inteligencia, sigue sonando en todos los eventos. La presencia activa de este personaje en cuanto foro nacional e internacional se organiza para atacar a Colombia es recurrente. Por ratos, pareciera que ella actúa como canciller de las FARC.
Este personaje, quien entre otras cosas se alimenta de la democracia colombiana, no ahorra esfuerzos para tratar de minar la credibilidad del gobierno y del pueblo colombiano en el exterior. Dentro de su apostolado se encuentra desde corromper a estudiantes menores de edad como servir de estafeta de la organización terrorista colombiana. Además, actúa como caja de resonancia de todos los desafueros que cometen sus aliados ideológicos. Su actitud cada día es más desafiante. El respaldo económico que le brinda el gobernante venezolano lo ha encausado, exclusivamente, en atropellar la institucionalidad colombiana.
Lo paradójico de las actuaciones de la susodicha es que no escatima esfuerzos para atacar al presidente Uribe -el mandatario con más respaldo popular en la región y en el mundo- mientras se hinca frente a los cabecillas del grupo terrorista de las FARC. La doble moral en que ha vivido toda su vida la traicionan al momento de tratar de engañar al pueblo colombiano con posturas loables y humanitarias.
El pueblo colombiano se pregunta: ¿Qué aporte ha hecho esta estafeta de las FARC a la sociedad colombiana
Sus actuaciones en contra de la institucionalidad colombiana parecen brotarle de las entrañas. Su problema de género la lleva a actuar enceguecida en contra de la sociedad colombiana que no tiene nada que ver con sus desviaciones. La animadversión enfermiza en contra del mandatario colombiano la inhabilitan para pronunciarse en pro del pueblo colombiano. También, es necesario recordar cómo en el pasado esquilmó la democracia colombiana cometiendo delitos electorales que le produjeron la perdida de la credencial de congresista
El papel protagónico que le ha sido encomendado por el gobernante venezolano lo ha llevado a cabo como fiel servidora. Su actitud servil frente a los enemigos del pueblo colombiano contrasta con la actitud desafiante en contra de la sociedad colombiana. Ella, por ratos, delira con el futuro que ronda sus sueños enfermizos. Ella, por ratos, se cree la reencarnación de Policarpa Salavarrieta y de todas aquellas heroínas del pasado, no en vano su remoquete de guerra es Teodora.
Pobre nuestro país, debido a quien quiere gobernarlo. Basta con hacer un inventario de los personajes que quieren tomarse el poder a la fuerza para ver lo estúpido que actúan tratando de hacerle creer al país que son personas probas. El colombiano del común no se cansa de mofarse del circo que pretende instaurar alias Teodora en nuestro país. Ella misma hace parte de la camada de payasos que pretenden llegar al poder. Cuan ridículo son sus planteamientos en los escenarios que paga con dineros venezolanos. Basta con verla desfigurada en sus discursos manidos y corroídos, por los fracasos históricos, para entender que ella está alejada de la realidad nacional y mundial. Su deseo enfermizo por cobrarle a la sociedad colombiana sus problemas de personalidad y de género la llevan a creerse sus propias ironías.
El colombiano del común piensa que los opositores del pueblo colombiano no reúnen las características necesarias para ser estadistas. Lo anterior se sustenta en que no es sino mirar a la caterva de ineptos que conforman la oposición colombiana para ver como la política ejercida en nuestro país es denigrante. Es bueno que el pueblo colombiano haga el inventario de quienes están detrás de alias Teodora para darse cuenta del tamaño del disparate ofrecido por Piedad.
El partido liberal, el partido político al cual pertenece la susodicha, no ha estado a la altura de su responsabilidad histórica en tales eventos. La dirigencia de este partido ha sucumbido ante los recursos que posiblemente están recibiendo de alias Teodora, recursos que son usados para alimentar las fauces hambrientas de poder del ex presidente Gaviria y su sequito. Curiosamente, este personaje parece compartir los mismos problemas de género de alias Teodora.
Así que, el pueblo colombiano debe exigirle la renuncia inmediata a Piedad Córdoba. No se puede permitir que la susodicha se siga alimentando con dineros del Estado colombiano mientras despotrica de la sociedad y del gobierno legítimo elegido por el pueblo.
Por último, así como la oposición maneja la doble moral exigiendo la renuncia del ministro del interior y de justicia, éste no debe escatimar esfuerzos para lograr que actúe la justicia colombiana en contra de alias Teodora. En otro país civilizado del mundo, la susodicha senadora ya estaría tras las rejas pagando por su felonía y por su complicidad con los grupos terroristas colombianos.
La ñapa: El paro de los corteros de caña es aprovechado por las fuerzas políticas aliadas de las FARC, la Fiscalía General lo ha denunciado. El derecho que tienen estos trabajadores a exigir mejoras en las condiciones laborales está siendo utilizado por las fuerzas oscuras que se escudan tras falsas posturas de solidaridad con ellos. A la postre, estos huelguistas están siendo utilizados como idiotas útiles por las FARC y la coalición de izquierda, autodenominada Polo Democrático.
Raul Lombana (dcaribemanifiesto@hotmail.com)
Dentro de los puntos del plan fraguado para darle un golpe de mano a la democracia colombiana, el nombre de Piedad Córdoba, alias Teodora según fuentes de inteligencia, sigue sonando en todos los eventos. La presencia activa de este personaje en cuanto foro nacional e internacional se organiza para atacar a Colombia es recurrente. Por ratos, pareciera que ella actúa como canciller de las FARC.
Este personaje, quien entre otras cosas se alimenta de la democracia colombiana, no ahorra esfuerzos para tratar de minar la credibilidad del gobierno y del pueblo colombiano en el exterior. Dentro de su apostolado se encuentra desde corromper a estudiantes menores de edad como servir de estafeta de la organización terrorista colombiana. Además, actúa como caja de resonancia de todos los desafueros que cometen sus aliados ideológicos. Su actitud cada día es más desafiante. El respaldo económico que le brinda el gobernante venezolano lo ha encausado, exclusivamente, en atropellar la institucionalidad colombiana.
Lo paradójico de las actuaciones de la susodicha es que no escatima esfuerzos para atacar al presidente Uribe -el mandatario con más respaldo popular en la región y en el mundo- mientras se hinca frente a los cabecillas del grupo terrorista de las FARC. La doble moral en que ha vivido toda su vida la traicionan al momento de tratar de engañar al pueblo colombiano con posturas loables y humanitarias.
El pueblo colombiano se pregunta: ¿Qué aporte ha hecho esta estafeta de las FARC a la sociedad colombiana
Sus actuaciones en contra de la institucionalidad colombiana parecen brotarle de las entrañas. Su problema de género la lleva a actuar enceguecida en contra de la sociedad colombiana que no tiene nada que ver con sus desviaciones. La animadversión enfermiza en contra del mandatario colombiano la inhabilitan para pronunciarse en pro del pueblo colombiano. También, es necesario recordar cómo en el pasado esquilmó la democracia colombiana cometiendo delitos electorales que le produjeron la perdida de la credencial de congresista
El papel protagónico que le ha sido encomendado por el gobernante venezolano lo ha llevado a cabo como fiel servidora. Su actitud servil frente a los enemigos del pueblo colombiano contrasta con la actitud desafiante en contra de la sociedad colombiana. Ella, por ratos, delira con el futuro que ronda sus sueños enfermizos. Ella, por ratos, se cree la reencarnación de Policarpa Salavarrieta y de todas aquellas heroínas del pasado, no en vano su remoquete de guerra es Teodora.
Pobre nuestro país, debido a quien quiere gobernarlo. Basta con hacer un inventario de los personajes que quieren tomarse el poder a la fuerza para ver lo estúpido que actúan tratando de hacerle creer al país que son personas probas. El colombiano del común no se cansa de mofarse del circo que pretende instaurar alias Teodora en nuestro país. Ella misma hace parte de la camada de payasos que pretenden llegar al poder. Cuan ridículo son sus planteamientos en los escenarios que paga con dineros venezolanos. Basta con verla desfigurada en sus discursos manidos y corroídos, por los fracasos históricos, para entender que ella está alejada de la realidad nacional y mundial. Su deseo enfermizo por cobrarle a la sociedad colombiana sus problemas de personalidad y de género la llevan a creerse sus propias ironías.
El colombiano del común piensa que los opositores del pueblo colombiano no reúnen las características necesarias para ser estadistas. Lo anterior se sustenta en que no es sino mirar a la caterva de ineptos que conforman la oposición colombiana para ver como la política ejercida en nuestro país es denigrante. Es bueno que el pueblo colombiano haga el inventario de quienes están detrás de alias Teodora para darse cuenta del tamaño del disparate ofrecido por Piedad.
El partido liberal, el partido político al cual pertenece la susodicha, no ha estado a la altura de su responsabilidad histórica en tales eventos. La dirigencia de este partido ha sucumbido ante los recursos que posiblemente están recibiendo de alias Teodora, recursos que son usados para alimentar las fauces hambrientas de poder del ex presidente Gaviria y su sequito. Curiosamente, este personaje parece compartir los mismos problemas de género de alias Teodora.
Así que, el pueblo colombiano debe exigirle la renuncia inmediata a Piedad Córdoba. No se puede permitir que la susodicha se siga alimentando con dineros del Estado colombiano mientras despotrica de la sociedad y del gobierno legítimo elegido por el pueblo.
Por último, así como la oposición maneja la doble moral exigiendo la renuncia del ministro del interior y de justicia, éste no debe escatimar esfuerzos para lograr que actúe la justicia colombiana en contra de alias Teodora. En otro país civilizado del mundo, la susodicha senadora ya estaría tras las rejas pagando por su felonía y por su complicidad con los grupos terroristas colombianos.
La ñapa: El paro de los corteros de caña es aprovechado por las fuerzas políticas aliadas de las FARC, la Fiscalía General lo ha denunciado. El derecho que tienen estos trabajadores a exigir mejoras en las condiciones laborales está siendo utilizado por las fuerzas oscuras que se escudan tras falsas posturas de solidaridad con ellos. A la postre, estos huelguistas están siendo utilizados como idiotas útiles por las FARC y la coalición de izquierda, autodenominada Polo Democrático.
Raul Lombana (dcaribemanifiesto@hotmail.com)
A este tipo su pequeño cerebro no le dá para escribir algo productivo y agradable a la vista?? parece que hubiera dejado sus visceras tiradas en ese escrito...Aunque no me extraña que ese estiercol de escrito haya salido de un uribestia.
ResponderEliminarsimplememte genial,,, que renuncie piedad cordoba
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