Mientras el gobierno colombiano tendió un ramo de olivo en aras de normalizar y reanudar relaciones diplomáticas y de buena vecindad con el hermano pueblo del Ecuador, con cinismo sin par, el gobierno izquierdista de Rafael Correa, fiel a las estratagemas ordenadas desde La Habana y Caracas, respondió con una bofetada, propia de la estrategia del cinismo.
Además de endurecer los controles migratorios contra los colombianos que a diario ingresan por las fronteras terrestres a Ecuador, Correa dispuso una rebaja sustancial en las importaciones, que van a significar disminuciones en los ingresos anuales por 210 millones de dólares a los empresarios colombianos. Y de remate, como dijera Jaime Garzón, con tiempo para el humor en Qac, se inventó que Colombia debe pagarle al Ecuador por los daños causados con la muerte del camarada Raúl Reyes, así como por la ayuda a los desplazados llevados con estratagemas por las FARC a la zona fronteriza del Putumayo.
¿No será mas bien el gobierno de Correa, el que debe pagar a Colombia, por albergar al terrorista y su séquito en el Ecuador; por hacer acuerdos clandestinos entre el ministro Larrea y Reyes; por facilitar los medios para que la diputada Augusta Calle prestará su cuenta personal para mover dineros de las Farc; por admitir que el Partido Comunista Clandestino de las Farc y los partidos de izquierda de la colación que subió a Correa al poder, hayan construido una extensa red de apoyo a las Farc, organizada en núcleos solidarios con la llamada revolución bolivariana chavista?…
Pero el cinismo es, ha sido y será el motor de la propaganda comunista. En eso entorno Correa no es la excepción. Es parte activa de la regla. Actúa igual que los demás mamertos. Por ejemplo, si se le pregunta a cualquier cabecilla de las Farc, porqué destruyen poblados, y asesinan civiles indefensos, etc., con absoluta seguridad, el bandido responde, que lo hacen para cambiar el viejo modo de vivir en Colombia y desde luego, que el Estado burgués es el responsable de las masacres, etc.
Si le preguntan a Fidel Castro o cualquiera de sus peones, porque apoyan a los grupos terroristas en Latinoamérica, la respuesta será que el responsable de todo esto es el imperialismo yanqui.
Si le preguntan al director del Semanario Voz, las razones por las cuales el Partido Comunista Colombiano, niega la evidente ligazón con las Farc, este responderá que la clase gobernante y la oligarquía apoyan los paramilitares.
Y así sucesivamente. Los comunistas nunca pierden una. Ellos son la verdad revelada. Por lo tanto, quien no opine igual que ellos, o critique la largueza de los llamados izquierdistas democráticos frente al terrorismo comunista, siempre estará equivocado y debe corregir esa forma de pensar, so pena de ser colocado en la picota pública como enemigo de las clases populares.
En síntesis, con base en el cinismo, todos los comunistas y sus parientes los autodenominados izquierdistas democráticos, son maestros en la mentira, el engaño y los artilugios publicitarios. Sobran ejemplos…
Sería conveniente que el presidente Uribe, sin perder la línea de las buenas maneras, y sin dejar de buscar la normalización de las relaciones diplomáticas colombo-ecuatorianas, agote todas las instancias jurídicas internacionales, para llevar a la Corte Penal en La Haya, la denuncia sustentada de los contenidos de los computadores de Raúl Reyes, para que el cínico presidente ecuatoriano, responda ante la justicia universal, por apoyar y cobijar grupos terroristas.
Colombia es amiga del pueblo ecuatoriano y viceversa. El enemigo de Colombia y en cierta forma del Ecuador, es el presidente Rafael Correa, cuya campaña presidencial fue parcialmente financiada con dineros provenientes del narcotráfico y del secuestro en Colombia, y lo que es peor, cuyo objetivo es integrar a Ecuador y Colombia en la órbita de los dinosaurios comunistas orquestados por Cuba.
Por esa razón se debe insistir en que Colombia agote las instancias legales y lleve el caso ante la CPI. Nada de aguas tibias, ni posiciones blandengues, pues además de cínico Correa es audaz. En la actualidad cursan contra Colombia varias demandas interpuestas en instancias internacionales por este mandadero de Chávez, una de ellas, porque sus socios de las Farc perdieron mucho dinero, debido a las fumigaciones con glifosato en la frontera. Y la otra, porque pase lo que pase, Correa, nunca podrá superar que Raúl Reyes su camarada y compinche del alma, haya sido dado de baja en territorio ecuatoriano, donde ambos pensaban, era imposible que llegarán las Fuerzas Militares de Colombia.
Rafael Correa es el único problema, para que hayan relaciones diplomáticas, culturales y comerciales, fluidas entre los dos países. La actitud cínica, desvergonzada y disfrazada con un exuberante patrioterismo vitrinero de Correa, no ha hecho otra cosa que enredar el mutuo entendimiento entre los dos gobiernos y las dos comunidades.
Adolorido por el golpe mortal que recibió el socialismo del siglo XXI en Colombia con la muerte de Reyes, luego de la larga preparación político-propagandista del segundo congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana chavista en Quito, Correa no ha podido conciliar el sueño tranquilo, debido a que no ha podido ver ni derrotado a su archienemigo ideológico Álvaro Uribe, ni a Colombia encaminada por los embelecos populistas y mentirosos de la izquierda paquidérmica, que todavía cree que el che Guevara era un héroe, y que la dictadura cubana es el paradigma de la dignidad latinoamericana.
Tanto los comunistas recalcitrantes como los dinosaurios de la autodenominada izquierda democrática latinoamericana, siguen desenfocados. A diario los medios de comunicación demuestran con imágenes, testimonios y reportajes, el drama de miseria y atraso a que está sometido el pueblo cubano, regido con la mano de hierro de la dictadura castrista.
En un mundo que navega por las autopistas de la información en Internet y que cada día que pasa, incrementa los credos en la libertad de pensamiento, los conciliábulos de Fidel Castro y los estultos que se autodeclaran progresistas, tienen el cinismo igual al de Correa, de decir que Cuba es paradigma en educación y medicina.
Bastante dudoso, que eso sea cierto, pues ni siquiera tienen acceso al Internet, son encarcelados quienes piensen u opinen diferente al partido comunista cubano, y los médicos trabajan en medio de una pobreza aterradora. Sin embargo, el cinismo comunista, manipula las cosas y voltea las realidades.
Es a ese nivel de pobreza tanto mental, como física, que los abanderados del llamado Socialismo del siglo XXI quieren llevar a Latinoamérica, pero como Colombia, tanto su gobierno como su pueblo, somos contrarios a las formas de dictadura comunista o derechista, ni Correa, ni Chávez, ni Ortega, ni Evo, ni Lula, ni los demás complotados, pasan saliva tranquilos. Hay una piedra en el zapato que les impide consolidar parte de su estrategia integral esclavista en el hemisferio. Esa piedra en el zapato es Colombia.
Por esta razón, es que Correa exterioriza el cinismo candente, según el cual Colombia debe pagar los daños causados en el campamento del camarada Reyes. Y por esa misma razón, es que impone innecesarios y agobiantes controles migratorios a los colombianos que ingresan al Ecuador y que miente en forma descarada, cada vez que opina acerca del conflicto colombiano.
En ese sentido, frente a la estrategia del cinismo de Correa, no queda otro camino que pagarle con la misma moneda. Por un lado insistir en la impostergable normalización de las relaciones, pero paralelo a esto, seguir el curso del proceso penal internacional contra el locuaz mandatario ecuatoriano, cómplice y auspiciador de las Farc.
Cr. Luis Alberto Villamarin (www.luisvillamarin.co.nr)
Además de endurecer los controles migratorios contra los colombianos que a diario ingresan por las fronteras terrestres a Ecuador, Correa dispuso una rebaja sustancial en las importaciones, que van a significar disminuciones en los ingresos anuales por 210 millones de dólares a los empresarios colombianos. Y de remate, como dijera Jaime Garzón, con tiempo para el humor en Qac, se inventó que Colombia debe pagarle al Ecuador por los daños causados con la muerte del camarada Raúl Reyes, así como por la ayuda a los desplazados llevados con estratagemas por las FARC a la zona fronteriza del Putumayo.
¿No será mas bien el gobierno de Correa, el que debe pagar a Colombia, por albergar al terrorista y su séquito en el Ecuador; por hacer acuerdos clandestinos entre el ministro Larrea y Reyes; por facilitar los medios para que la diputada Augusta Calle prestará su cuenta personal para mover dineros de las Farc; por admitir que el Partido Comunista Clandestino de las Farc y los partidos de izquierda de la colación que subió a Correa al poder, hayan construido una extensa red de apoyo a las Farc, organizada en núcleos solidarios con la llamada revolución bolivariana chavista?…
Pero el cinismo es, ha sido y será el motor de la propaganda comunista. En eso entorno Correa no es la excepción. Es parte activa de la regla. Actúa igual que los demás mamertos. Por ejemplo, si se le pregunta a cualquier cabecilla de las Farc, porqué destruyen poblados, y asesinan civiles indefensos, etc., con absoluta seguridad, el bandido responde, que lo hacen para cambiar el viejo modo de vivir en Colombia y desde luego, que el Estado burgués es el responsable de las masacres, etc.
Si le preguntan a Fidel Castro o cualquiera de sus peones, porque apoyan a los grupos terroristas en Latinoamérica, la respuesta será que el responsable de todo esto es el imperialismo yanqui.
Si le preguntan al director del Semanario Voz, las razones por las cuales el Partido Comunista Colombiano, niega la evidente ligazón con las Farc, este responderá que la clase gobernante y la oligarquía apoyan los paramilitares.
Y así sucesivamente. Los comunistas nunca pierden una. Ellos son la verdad revelada. Por lo tanto, quien no opine igual que ellos, o critique la largueza de los llamados izquierdistas democráticos frente al terrorismo comunista, siempre estará equivocado y debe corregir esa forma de pensar, so pena de ser colocado en la picota pública como enemigo de las clases populares.
En síntesis, con base en el cinismo, todos los comunistas y sus parientes los autodenominados izquierdistas democráticos, son maestros en la mentira, el engaño y los artilugios publicitarios. Sobran ejemplos…
Sería conveniente que el presidente Uribe, sin perder la línea de las buenas maneras, y sin dejar de buscar la normalización de las relaciones diplomáticas colombo-ecuatorianas, agote todas las instancias jurídicas internacionales, para llevar a la Corte Penal en La Haya, la denuncia sustentada de los contenidos de los computadores de Raúl Reyes, para que el cínico presidente ecuatoriano, responda ante la justicia universal, por apoyar y cobijar grupos terroristas.
Colombia es amiga del pueblo ecuatoriano y viceversa. El enemigo de Colombia y en cierta forma del Ecuador, es el presidente Rafael Correa, cuya campaña presidencial fue parcialmente financiada con dineros provenientes del narcotráfico y del secuestro en Colombia, y lo que es peor, cuyo objetivo es integrar a Ecuador y Colombia en la órbita de los dinosaurios comunistas orquestados por Cuba.
Por esa razón se debe insistir en que Colombia agote las instancias legales y lleve el caso ante la CPI. Nada de aguas tibias, ni posiciones blandengues, pues además de cínico Correa es audaz. En la actualidad cursan contra Colombia varias demandas interpuestas en instancias internacionales por este mandadero de Chávez, una de ellas, porque sus socios de las Farc perdieron mucho dinero, debido a las fumigaciones con glifosato en la frontera. Y la otra, porque pase lo que pase, Correa, nunca podrá superar que Raúl Reyes su camarada y compinche del alma, haya sido dado de baja en territorio ecuatoriano, donde ambos pensaban, era imposible que llegarán las Fuerzas Militares de Colombia.
Rafael Correa es el único problema, para que hayan relaciones diplomáticas, culturales y comerciales, fluidas entre los dos países. La actitud cínica, desvergonzada y disfrazada con un exuberante patrioterismo vitrinero de Correa, no ha hecho otra cosa que enredar el mutuo entendimiento entre los dos gobiernos y las dos comunidades.
Adolorido por el golpe mortal que recibió el socialismo del siglo XXI en Colombia con la muerte de Reyes, luego de la larga preparación político-propagandista del segundo congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana chavista en Quito, Correa no ha podido conciliar el sueño tranquilo, debido a que no ha podido ver ni derrotado a su archienemigo ideológico Álvaro Uribe, ni a Colombia encaminada por los embelecos populistas y mentirosos de la izquierda paquidérmica, que todavía cree que el che Guevara era un héroe, y que la dictadura cubana es el paradigma de la dignidad latinoamericana.
Tanto los comunistas recalcitrantes como los dinosaurios de la autodenominada izquierda democrática latinoamericana, siguen desenfocados. A diario los medios de comunicación demuestran con imágenes, testimonios y reportajes, el drama de miseria y atraso a que está sometido el pueblo cubano, regido con la mano de hierro de la dictadura castrista.
En un mundo que navega por las autopistas de la información en Internet y que cada día que pasa, incrementa los credos en la libertad de pensamiento, los conciliábulos de Fidel Castro y los estultos que se autodeclaran progresistas, tienen el cinismo igual al de Correa, de decir que Cuba es paradigma en educación y medicina.
Bastante dudoso, que eso sea cierto, pues ni siquiera tienen acceso al Internet, son encarcelados quienes piensen u opinen diferente al partido comunista cubano, y los médicos trabajan en medio de una pobreza aterradora. Sin embargo, el cinismo comunista, manipula las cosas y voltea las realidades.
Es a ese nivel de pobreza tanto mental, como física, que los abanderados del llamado Socialismo del siglo XXI quieren llevar a Latinoamérica, pero como Colombia, tanto su gobierno como su pueblo, somos contrarios a las formas de dictadura comunista o derechista, ni Correa, ni Chávez, ni Ortega, ni Evo, ni Lula, ni los demás complotados, pasan saliva tranquilos. Hay una piedra en el zapato que les impide consolidar parte de su estrategia integral esclavista en el hemisferio. Esa piedra en el zapato es Colombia.
Por esta razón, es que Correa exterioriza el cinismo candente, según el cual Colombia debe pagar los daños causados en el campamento del camarada Reyes. Y por esa misma razón, es que impone innecesarios y agobiantes controles migratorios a los colombianos que ingresan al Ecuador y que miente en forma descarada, cada vez que opina acerca del conflicto colombiano.
En ese sentido, frente a la estrategia del cinismo de Correa, no queda otro camino que pagarle con la misma moneda. Por un lado insistir en la impostergable normalización de las relaciones, pero paralelo a esto, seguir el curso del proceso penal internacional contra el locuaz mandatario ecuatoriano, cómplice y auspiciador de las Farc.
Cr. Luis Alberto Villamarin (www.luisvillamarin.co.nr)
Señor
ResponderEliminarNo se que se ha fumado, o que se esta inyectando, disculpeme decirle pero los Colombianos preguntele a quiensea tienen una fama de malos y esa fama hasta donde yo se se la tienen bien ganada, asi que no venga a decir otra cosa, sufridor, mejore,.....
de malo????? tendra fama de malo ud .... yo vivo en canada y aqui tenemos una muy buena fama... tenemos fama de buenas personan trabajadoras y muy humildes..... no se en que lugar vive ud ... pero si tenes fama de malo seguramente es porque sos malo.....carga con el peso de tus actos!!
ResponderEliminarLuis Alberto, estoy totalmente de acuerdo con usted, mas claro no canta un gallo.
ResponderEliminarQue buena descripcion de lo que le pasa a mi pais Ecuador.
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