LOS MILAGROS DE LA CORTE


Durante años sostuvo la Corte Suprema de Justicia que el fuero de los congresistas expiraba cuando renunciaban a su cargo. Esa pacífica doctrina se aplicó una vez y otra, de manera que el congresista acusado elegía entre permanecer con su investidura, y con su fuero, o desprenderse de una cosa y de la otra. Invariablemente, la Corte aceptó que su competencia cesaba y remitía el expediente a la justicia ordinaria. Por decenas se cuentan los procesos de parapolítica que tuvieron ese tratamiento y que se ventilaban ante los jueces de conocimiento, cumplida la etapa investigativa en la Fiscalía.

Pero un día cambiaron las cosas. Para semejante maroma, la Corte encontró un argumento decisivo el muy concluyente de que los congresistas la estaban "evadiendo". Y como quería que ninguno escapara a su espada vengadora, resolvió que el fuero no termina con la calidad del beneficiario y asunto concluido. Pero la clientela se había ido. Los senadores y representantes más codiciados habían emigrado, insoportable dolor que no se mitiga sino con la plenitud de la revancha.

Así que la Corte resolvió retroactiva su jurisprudencia, aplicando, al revés, lo que dispone la Ley 153 de 1887 para las leyes que entran en conflicto temporal. Con lo que la Corte se da ínfulas de legislador, lo que no es poco, y de encima se salta a la torera el viejo principio de la favorabilidad penal, y otro, más conocido y sagrado, que es el respeto por las instancias procesales.

Determinada la competencia en un proceso, no vale la acrobacia que la revoca. Pues la Corte ha cometido semejante arbitrariedad y ha ordenado que le devuelvan procesos de los que ya se había separado por incompetencia.

Pero no fue suficiente. Los yerros rara vez vienen solos, se lee en 'La Celestina', y esta vez llegaron muy acompañados. Y no con cualquier pequeñez. La Corte acaba de decidir que si se probare el concierto entre un político y un grupo paramilitar para propósitos electorales, el político se hace responsable de todos los crímenes cometidos por el grupo paramilitar.

En virtud de semejante tesis, que la Corte saca de uno de sus bolsillos predilectos, el bloque de constitucionalidad, el concierto para delinquir agravado, una invención suya, se quedó pálido ante la nueva conquista. Porque de una elección atípica se salta sin garrocha a incontables crímenes de lesa humanidad que se cargan a la cuenta del infeliz parlamentario. Todos los crímenes de 'El Alemán' o de 'Jorge 40' o de Mancuso son obra del congresista que tuvo la mala idea de ganar unas elecciones.

La culpabilidad de la víctima de estas locuras se establece con mucha facilidad. El primer ingrediente será, sin falta, algunos gramos de atipicidad en una elección. Invención gloriosa de una mamerta ignorantona y atrevida que se convierte en la base de la receta. La atipicidad la decide la Corte, que no ha de faltarle el ingenio del magistrado Velásquez para descubrirla.

Se agregan enseguida unas gotas de máximas de experiencia, que sirve cualquiera así esté desmentida por la historia y condenada por la lógica. Por ejemplo, que nadie puede ser elegido si antes de la elección estuvo en el exterior. Falta un testigo, y para eso se compran los 'pitirris'. Algún bandido con ganas de vivir en Canadá con toda su familia no ha de faltar. Lo demás será creerle y para eso, precisamente, está la Corte.

Finalmente, como las cuentas no cuadran, se usan las inferencias lógicas, que no importa si nada tienen de lógica formal. Al fin y al cabo, para eso está la única instancia.
Los amigos de las Farc pueden estar tranquilos. La Corte sabe que todo lo hicieron por altruismo. Y punto final. Silencio. En las dictaduras, al buen callar llaman, Sancho.

3 comentarios:

  1. Dr. Londono : Desde USA un cordial saludo, me encantan sus columnas y creo que no hay en Colombia alguien que escriba tan claro, y llame a las cosas por su nombre como usted . Muchas felicitaciones y gracias por estar siempre de parte de la Justicia y la Verdad . T. Nemez.

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  2. la mayoria del pueblo colombiano simpre ha admirado por su valentia, por su enteresa y por ladefensa del bien comùn, al doctor Fernando Londoño. Lo respetamos y estamos de acuerdo con su columna. Ocultar la inclinación fariana de la mal llamada corte suprema, es un embeleco.

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  3. Sr. Fernando londoño Hoyos, mientras muchos creen las barbaries que dice dia tras dia en su "famoso" programa radial, muchos otros pensamos que sus payasadas no son mas que comentarios tipicos de us posicion mamerta y sumisa a todo aquello que tenga que ver con uribe, o el uribismo.
    Por otra parte, mientras sigue bociferando grotescamente e incoherentemente sobre pensamientos criticos hacia las politicas gubernamentales, muchos aun no olvidan todas las barbaries que hizo como ministro de defensa que lo llevo a la renuncia de este cargo, y a sus corruptas negociaciones con INVERCOLSa ademas de sus ya conocidos nexos con parmilitares.

    En fin, su demagogia politiquera es inutil frente a las acciones despotas y crueles de un hombre que no conoce las palabras JUSTICIA; LIBERTAD Y PAZ

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